Antonio Colmenares M.

Acostumbra el gobierno nacional y las administraciones departamentales y municipales de Colombia, a decretar Días Cívicos, para festejar, por luto, por emergencia o por circunstancias especiales, pero, a veces, es parte de ese tropicalismo inane y perjudicial que nos caracteriza y que deja pérdidas de tiempo y dinero.

Hay que recordar que el Día Cívico solo cubre a los empleados oficiales y de ninguna manera a los empleados del sector privado, a no ser que los propietarios de bancos o empresas privadas decidan unirse al sector público y parar sus negocios durante una jornada de trabajo y a veces hasta más.

Ocurrió con la reciente participación de la selección Colombia de Fútbol en la Copa América, en la que la representación nacional alcanzó a disputar y perder el primer lugar frente a Argentina.

No es que la selección no merezca una buena celebración, pero no dejando de trabajar, eso como que ‘no combina’, no es justo, se puede agradecer a este grupo de deportistas que dejó en alto la bandera colombiana, de otra forma, por ejemplo con un buen recibimiento.

El gobierno nacional emitió el decreto 0880 el 12 de julio del presente año en donde se indica “Día Cívico de la Convivencia y la Celebración Deportiva” el día 15 de julio de 2024 y en artículo dos se expresa que “las entidades públicas de la Rama Ejecutiva del orden nacional, tanto del nivel central como descentralizado, impartirán y adoptarán las instrucciones pertinentes que permitan a sus servidores públicos suspender las diferentes actividades laborales y de atención al público, de manera que el día 15 de julio de 2024 sea considerado como un día No Hábil, laboralmente”.

Con este decreto, no se hace más que entorpecer las labores propias del Estado, porque los funcionarios no estarán en sus puestos de trabajo y las personas que por cualquier motivo tengan que hacer alguna diligencia en ministerios, gobernaciones, alcaldías o cualquier entidad estatal, tendrán que esperar perdiendo tiempo y recursos.